miércoles, 23 de julio de 2008

SIN TITULO II



Desnuda. Un cigarro y un improbable poemario de Eielson ¿Nunca has deseado desaparecer? Distinta calle en destartalada nota de encuentro. Es la puerta donde te gritan. Donde saben tu nombre y esperas en silencio. La ciudad quieta con cielo plano. No hay estrellas.

Todos comemos gente. Nos alimentamos en un círculo.

Ahí están el corazón o los ojos de una estudiante de filosofía, o la piel clara de una enfermera o la indolente cabellera de una prostituta. Hasta la matriz de nuestras madres. Los inconexos amigos, los monigotes y las pinturas que se desvanecen en las sombras de los cuartos de estudiantes drogadictos.

En consecuencia, concreto es el vacilar de tus senos en la melancólica afirmación de nuestros propios actos fágicos.



Bienvenidos a la mesa de un parque céntrico. La lejana niña de ojos castaños que empieza a coger su primer bocado. El primer corazón rojo que indefectible no lo es.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

En la literatura suelo pasarse directo a la filosofia pero nunca al reves, buen trabajo garo...

Inesilla dijo...

=) Qué boni!

Anónimo dijo...

No tiene buen ritmo. Parece un rompecabezas con las piezas mal talladas o forzadas a entrar. En este caso, el lenguaje no es suficiente.

Aùn asì es un buen intento.