El día que el pingüino soñó volar en cielo no azul
y libre de agua.
El titiritero perdió su cuerno.
Una exfoliación melancólica,
a su pesar.
Cruzó sus manitos viejas y
sentose a desvanecer lágrimas
sobre la hierba de parques
intrasfigurables
La noche que el pingüino decidió caminar
lentamente abrigó sus pesadas alas
alzó los ojos a la luna que siempre lo miraba con una sonrisa
y se dispuso a lamer su tristeza.
Nadie se imaginaba tanta soledad
encerrada en los sueños de un niño nostálgico
Cogió con su pico un cactus
el desierto estaba bajo sus pies
y la muralla de fuego le regaló una tortura.
y libre de agua.
El titiritero perdió su cuerno.
Una exfoliación melancólica,
a su pesar.
Cruzó sus manitos viejas y
sentose a desvanecer lágrimas
sobre la hierba de parques
intrasfigurables
La noche que el pingüino decidió caminar
lentamente abrigó sus pesadas alas
alzó los ojos a la luna que siempre lo miraba con una sonrisa
y se dispuso a lamer su tristeza.
Nadie se imaginaba tanta soledad
encerrada en los sueños de un niño nostálgico
Cogió con su pico un cactus
el desierto estaba bajo sus pies
y la muralla de fuego le regaló una tortura.
P.D.: Poema elaborado con Alvarez Toscano.
Fotografía: Carlos García.
2 comentarios:
esta foto es de Carlos García, comunicólogo mexicano, para que le pongás el crédito. Gracias por visitar mi blog.
Gracias por el dato. Saludos.
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